INCITACIÓN AL NIXONICIDIO Y ALABANZA DE LA REVOLUCIÓN CHILENA
 
 Incitación al nixonicidio y alabanza
 de la revolución chilena
 [1972-1973]
 
 
 
 Comienzo por invocar a Walt Whitman
 
 
 Es por acción de amor a mí país
 que te reclamo, hermano necesario,
 viejo Walt Whitman de la mano gris,
 
 pata que con tu apoyo extraordinario
 verso a verso matemos de raíz
 a Nixon, presidente sanguinario,
 
 Sobre la tierra no hay hombre feliz,
 nadie trabaja bien en el planeta
 si en Washington respira su nariz.
 
 Pidiendo al viejo Bardo que me invista,
 asumo mis deberes de poeta
 armado del soneto terrorista,
 
 porque debo dictar sin pena alguna
 la sentencia hasta ahora nunca vista
 de fusilar a un criminal ardiente
 
 que a pesar de sus viajes a la luna
 ha matado en la tierra tanta gente,
 que huye el papel y la pluma se arranca
 
 al escribir el nombre del malvado,
 del genocida de la Casa Blanca.
 
 
 
 Me despido de otros temas
 
 
 Amor, adiós, hasta mañana besos!
 Corazón mío agárrate al deber
 porque declaro abierto este proceso.
 
 Se trata aquí de ser o de no ser:
 si dejamos vivir al delincuente
 los pueblos seguirán su padecer
 
 y el crimen seguirá de Presidente
 robando a Chile el cobre en las Aduanas,
 destripando en Vietnam los inocentes.
 
 No se puede esperar una semana
 ni un solo día más porque, carajo,
 es por atrocidades inhumanas
 
 que atraparemos este escarabajo
 y es un orgullo para el hombre entero 
 que soportó el puñal de la noticia,
 
 como instrumento duro y duradero
 anunciar en la tierra la justicia:
 por eso te buscaba, compañero,
 
 el tribunal de sangre que se inicia
 y, aunque sea un poeta el justiciero,
 los pueblos me entregaron una rosa
 
 para que con mi verso verdadero,
 yo castigue la saña poderosa
 del inmenso verdugo comandado
 
 por el concubinato del dinero
 para quemar jardín y jardinero
 en países remotos y dorados.
 
 
 La canción del castigo
 
 No hay que contar con su arrepentimiento,
 ni hay que esperar del cielo este trabajo:
 
 el que trajo a la tierra este tormento
 debe encontrar sus jueces aquí abajo,
 por la justicia y por el escarmiento.
 
 No lo aniquilaremos por venganza
 sino por lo que canto y lo que infundo:
 mi razón es la paz y la esperanza.
 
 Nuestros amores son de todo el mundo.
 
 Y el insecto voraz no se suicida
 sino que enrosca y clava su veneno
 
 hasta que con canción insecticida,
 levantando en el aiba mi tintero,
 
 llame a todos los hombres a borrar
 al Jefe ensangrentado y embustero,
 que mandó por el cielo y por el mar
 
 que no vivieran más pueblos enteros,
 pueblos de amor y de sabiduría
 que en aquel otro extremo del planeta,
 
 en Vietnam, en lejanas alquerías,
 junto al arroz, en blancas bicicletas
 fundaban el amor y la alegría:
 
 pueblos que Nixon, el analfabeto,
 ni siquiera de nombre conocía
 y que mandó matar con un decreto
 
 el lejano chacal indiferente.
 
 
 Él
 
 
 Al criminal emplazo y lo someto
 a ser juzgado por la pobre gente,
 
 por los muertos de ayer, por los quemados,
 por los que ya sin habla y sin secreto,
 ciegos, desnudos, heridos, mutilados,
 
 quieren juzgarte, Nixon, sin decreto.
 
 
 El juicio
 
 
 Convocada por mí la tierra entera
 que cabe, lo verás, en mi soneto,
 
 dará el dictamen de la primavera,
 
 frente a frente, mirando tu esqueleto,
 para que nunca más madre ninguna
 
 se desangre en las tierras arrasadas
 cargando al sol, bajo la triste luna,
 un niño que levanto como espada
 
 frente al cuello de Nixon, camarada.
 
 
 El cobre
 
 
 Al cobre lo llamábamos chileno
 porque nacía de chilenas manos
 y nuestro territorio estaba lleno
 
 del subterráneo sol cordillerano,
 del cobre que no estaba destinado
 a los piratas norteamericanos.
 
 Hasta que yankizado hasta el ombligo
 el presidente Frei, momiocristiano,
 regaló nuestro cobre al enemigo.
 
 Pero mi pobre Patria intransigente
 esperó entre el saqueo y las escorias,
 entre Chuquicamata y El Teniente,
 
 la hora de despertar, y se comprende
 que, con el pabellón de la victoria,
 dé un solo golpe Salvador Allende
 
 de los colmillos norteamericanos
 rescató el cobre, para siempre ahora,
 devolviéndolo a Chile soberano.
 
 
 Victoria
 
 
 Honor a la victoria apetecida,
 honor al pueblo que llegó a la hora
 a establecer su derecho a la vida!
 
 Pero el ratón acostumbrado al queso,
 Nixon, entristecido de perder,
 se despidió de Eduardo con un beso.
 
 Cambió de embajador, cambió de espías
 y decidió cercarnos con alambre:
 no nos vendieron más mercaderías
 
 para que Chile se muriera de hambre.
 
 Cuando la  Braden les movió la cola
 los momios ayudaron la tarea
 
 gritando «Libertad y cacerolas»,
 mientras que los parrones victimarios
 pintaban de bondad sus caras feas
 
 y disfrazándose de proletarios
 decretaban la huelga de señores
 recibiendo de Nixon los dineros:
 
 treinta monedas para los traidores.
 
 
 
 La herencia
 
 
 Así Nixon comanda con napalm:
 así destruye razas y naciones:
 así gobierna el triste Tío Sam;
 
 con asesinos desde sus aviones,
 o con dólares verdes que reparte
 entre politijarpas y ladrones.
 
 Chile, te colocó la geografía
 entre el océano y la primavera,
 entre la nieve y la soberanía
 
 y ha costado la sangre de la gente
 luchar por el decoro. Y la alegría
 era delito en tiempo precedente.
 
 Recuerdan las masacres miserables?
 Nos dejaron la patria malherida
 a golpes de prisiones y de sables!
 
 
 A ti te llamo
 
 
 Esto heredamos de los anteriores
 y hoy que el rostro de Chile se agiganta,
 cuando echamos atrás tantos dolores,
 
 te necesito, mi joven hermano,
 joven hermana, escucha lo que digo:
 yo no creo en los odios inhumanos,
 
 y no creo que el hombre es enemigo:
 creo que con tu mano y con mi mano,
 frente al malvado y contra sus castigos,
 
 llenaremos la  Patria de regalos
 sabrosos y dorados como el trigo.
 
 
 Regresa el trovador
 
 
 Por eso estoy aquí en tu compañía.
 
 De vuelta estoy como un enamorado
 tocando el sol, el aire, el mar chileno
 sufriendo de partir y haber llegado.
 
 Siempre mi corazón estuvo lleno
 como una copa de fulgor dorado
 de Chile, de su cántico sereno.
 
 Nunca mi Patria de dulzura y nieve
 fue para mí substancia pasajera.
 O fue terrible herida en mis entrañas
 
 o luna derramada en la pradera.
 Yo puse mi raíz en tus montañas
 y florecí sobre las cordilleras.
 
 (Yo nunca estoy afuera en tierra extraña
 porque mi poesía es tricolor
y vivo todo el año en tu bandera.)
 
 Por eso Patria blanca y estrellada,
 Patria roja y azul, Patria primor,
 Patria chilena, Patria delicada,
 
 yo escuché desde lejos tu tambor.
 
 Y me acerqué intranquilo a tu morada.
 
 Quedé sobrecogido de dolor!
 
 
 Son los de ayer
 
 
 Miré que lo que el pueblo construía
 después de tantos años de tormento:
 la bandera de tu soberanía
 
 por fin con sus colores en el viento,
 era atacada por la turbulencia
 del anacrónico establecimiento
 
 y que te amenazaba la demencia
 de los feudales y de los violentos;
 el pasado con negra consecuencia
 
 quiere otra vez tu sangre derramada.
 Y la guerra civil es sacerdocio
 para los que no hicieron nunca nada
 
 sino vivir de incógnitos negocios.
 
 Amo la paz por variadas razones:
 una es porque el canto del trabajo
 se une al color solar de los limones.
 
 Y porque los programas populares
 producirán tractores y cerezos:
 
 todo lo hace el amor y los amores
 del pueblo en su batalla y su proceso.
 
 
 Aquí me quedo
 
 
 Yo no quiero la Patria dividida
 ni por siete cuchillos desangrada:
 quiero la luz de Chile enarbolada
 sobre la nueva casa construida:
 
 cabemos todos en la tierra mía.
 
 Y que los que se creen prisioneros
 se vayan lejos con su melodía:
 
 siempre los ricos fueron extranjeros.
 
 Que se vayan a Miami con sus tías!
 
 Yo me quedo a cantar con los obreros
 en esta nueva historia y geografía.
 
 
 Ven conmigo
 
 
 Por esto estoy aquí en tu compañía:
 por Chile, por su azul soberanía,
 
 por el océano de los pescadores,
 
 por el pan de los niños ruiseñores,
 por el cobre y la lucha en la oficina,
 
 por nuestra agricultura y por la harina,
 por el buen compañero y por la amiga,
 
 por el mar, por la rosa y por la espiga,
 por nuestros compatriotas olvidados,
 
 estudiantes, marinos o soldados,
 por los pueblos de todos los países,
 
 por las campanas y por las raíces,
 por los caminos y por los senderos
 que llevan a la luz al mundo entero
 
 y por la voluntad liberadora
 de las banderas rojas en la aurora.
 
 Con esta unión están mis alegrías.
 
 Lucha conmigo y yo te entregaré
 todas las armas de mi poesía.
 
 
 una historia vulgar
 
 
 Doña Cacerolina Lagañín,
 encumbrada en el trono de su plata,
 estuvo a punto de llorar por fin,
 
 y casi a punto de estirar la pata,
 al saber que es posible gobernar
 a Chile por el pueblo popular.
 
 Para Cacerolina un maremoto
 no le daría tanto descontento.
 Esto de ver por todas partes rotos
 
 le causaba un horrible sufrimiento:
 «Aquel siútico es más que suficiente».
 «Después de todo es él nuestro sirviente
 
 y al procer Viaus: salvó con su dulzura.»
 «El servirá de cepillo de dientes,
 lo echaremos después a la basura. »
 
 Ahora lo importante es lo que pasa,
 dijo Cacerolina Lagañín
 y armada de una sartén salió de casa,
 
 dispuesta a convertirlo en un violín
 para pelear «contra rotos groseros
 que son en Chile rotos extranjeros».
 
 Doña Cacerolina, bien nutrida,
 tuvo un pequeño asomo de desmayo
 cuando encontró en la calle solo viejas
 
 que como ella sonaban sus sartenes.
 Luego entre mil suspiros y sostenes
 volvió a su poderío y su jardín,
 
 doña Cacerolina Lagañín
 
 dejó a cursis dernocratacrististas
 peleando contra rotos comunistas
 luego bailando el Vals Sobre las Olas
 
 volvió a Las Condes con placer sincero
 
 porque a la vuelta de las cacerolas,
 pasó a los brazos de su jardinero
 gastando bien su tiempo y su dinero.
 
 
 
 Leyendo a Quevedo junto al mar
 
 
 Viviendo entre el océano y Quevedo,
 es decir entre graves desmesuras,
 leyendo el mar y recorriendo el miedo
 
 del poeta mortal en su lamento
 comprendo la razón de mi amargura.
 
 Porque mi corazón no está contento.
 
 Chile es golpeado por la misma gente
 que nos destinan al sometimiento
 y amenazan con uñas y con dientes.
 
 Los intereses son como ciclones,
 rompen la tierra y todo lo que vive:
 encallan en Vietnam las invasiones,
 
 fracasan en la espuma del Caribe.
 
 
 Una lección
 
 
 Volviendo a Nixon vuelvo a ser dichoso:
 porque juzgar delitos incesantes,
 ordenados por un ignominioso,
 
 es deber de un poeta caminante.
 
 Hoy, desde Chile revolucionario,
 volvamos a los dueños del erario,
 retornemos al Jefe del dinero.
 
 
 A verso limpio
 
 
 Horademos a Nixon, el furioso,
 a verso limpio y corazón certero.
 
 Así pues, decidí que falleciera
 Nixon, con un disparo justiciero:
 puse tercetos en mi cartuchera.
 
 Y por los tribunales venideros,
 abriendo puertas, cruzando fronteras,
 recluté hombres callados y severos,
 
 caídos en sangrientas primaveras.
 
 
 Retrato al hombre
 
 
 Hay que juzgar las manos maculadas
 por muertos que mató con su terror
 
 y que bajo las tierras desolladas
 surgen como semillas de dolor.
 
 Porque ésta es una edad nunca soñada.
 
 Y Nixon, el ratón acorralado,
 con los ojos abiertos de temor
 
 ve renacer banderas fusiladas.
 
 Fue en Vietnam cada día derrotado.
 En Cuba es derrotado su furor
 y ahora en el crepúsculo aterrado,
 
 quiere roer en Chile el roedor,
 sin saber que minúsculos chilenos
 le van a dar una lección de honor.
 
 
 Paz, pero no la suya
 
 
 ¡Paz en Vietnam! Mira lo que has dejado
 adentro de esa paz de sepultura
 llena de muertos por ti calcinados!
 
 Con un rayo de eterna quemadura
 preguntarán por ti los enterrados.
 Nixon, te encontraran las manos duras
 
 de la revolución sobre la tierra
 para humillar tu pálida figura:
 
 será Vietnam que te ganó la guerra.
 
 Nixon no creo en tu vencida paz!
 Tu invasión fue diezmada y fue vencida
 cuando ya no podías perder más.
 
 Y cuando tus aviones homicidas
 caían como moscas abatidas
 por los disparos de la libertad!
 
 Esta no fue tu paz, Nixon sangriento!
 Nixon, sanguinolento presidente:
 es tu medalla de remordimiento!
 
 Es la paz de los pueblos inocentes
 que tú entregaste al fuego y al tormento!
 Es de Vietnam la paz desfigurada
 
 por tus embajadores y papeles.
 Es la paz de una tierra desangrada
 y que ha llenado al mundo de laureles
 
 brotados de la sangre derramada:
 
 Es la victoria de Ho Chi Minh ausente
 la que obligó a tu mano ensangrentada
 
 a confirmar la paz de esos valientes.
 
 
 Cuba, siempre
 
 
 Pienso también en Cuba venerada,
 la que alzó su cabeza independiente
 con el Che, con mi insigne camarada,
 que con Fidel, el capitán valiente
 
 y contra retamares y gusanos
 levantaron la estrella del Caribe
 en nuestro firmamento americano.
 
 Notifico que son los adversarios
 De Vietnam, esos mismos «caballeros»
 seguidos de cubanos mercenarios,
 
 armados de metrallas y dinero,
 los que contra tu viento libertario
 invadieron la nueva claridad.
 
 Y allí quedaron muertos o atrapados
 los que iban a matar tu libertad.
 
 Ay Nixon donde vas y te presentes
 Cuba no da cuartel ni caridad!
 
 Cuba y Vietnam son nuestros precedentes
 contra las agresiones de esta edad!
 
 (Chile defenderá con sus valientes
 como aquellos dos pueblos insurgentes
 su revolucionaria dignidad.)
 
 
 Sobre conspiraciones
 
 
 Entre la  Kennecott y las batallas
 que dentro de mi Patria van urdiendo
 contra el pueblo anacrónicos canallas,
 
 Chile va, traspasado y sacudido,
 sobre la turbulencia, construyendo
 lo que nunca le fuera permitido:
 
 trabajar y vivir sin desaliento
 para que en Chile manden los humanos
 y se cubra de frutos populares
 
 el territorio antártico y lejano
 
 y den las viñas de su geografía
 el vino del amor y la alegría!
 
 
 Duelo de Chile
 
 
 Hora terrible! Aquel mejor soldado
 cayó en la arena de la Capital
 y sabe el mundo que fue asesinado:
 
 su asesino se dice «nacional».
 Un traidor, ahora encarcelado
 director del asalto criminal,
 
 dijo que un presidente despechado
 dio la luz verde al crimen espantoso.
 El Mandatario aquel está callado
 
 como si no escuchara en su reposo
 el clamor que recuerda a los malvados,
 el acontecimiento vergonzoso.
 
 (Ahora el Mandatario destronado
 es el aliado de los poderosos
 y su oscuro silencio ha continuado.)
 
 Schneider sigue siendo traicionado
 
 y la conspiración que continúa
 cuenta con los injustos magistrados
 por cuyas manos la injusticia actúa.
 
 
 Que no, que nunca
 
 
 No entrará en esta casa con puñal
 el sobrino del tío senador
 a asesinarnos otro general.
 
 Ningún demente mate tu esplendor
 y nos lleve a la guerra despiadada:
 a la noche del duelo y del terror.
 
 No me muestres la sangre en tu morada.
 Dame tu resplandor de catarata,
 luz longitudinal, patria nevada.
 
 El incendiario no re hará ceniza,
 y no se macarán entre chilenos,
 Patria mía celeste y movediza-
 
 Fuera de aquí la hiena y el escualo!
 
 Que no maten los malos a los buenos,
 ni tampoco los buenos a los malos.
 
 Soy un poeta sin ningún precepto
 pero digo, sin lástima y sin pena:
 
 no hay asesino bueno en mi concepto.
 
 
 L. E. R.
 
 
 El furioso que agache su estatura
 bajo la luna, en la pampa de plata,
 Patria que Recabarren transfigura
 
 enseñando verdades y caminos
 que ayer se abrieron en la tierra oscura
 y hoy son la condición de su destino,
 
 
 Contra la muerte
 
 
 A la guerra civil como condena
 nos conduce el amargo forajido.
 El desplazado de la boca liena
 
 quiere quitar a otros la comida,
 y otro que con su herida se envenena
 reparte los venenos de su herida.
 
 A la guerra civil de los contrarios
 quieren llevarnos garras fratricidas,
 sin saber que chilenos adversarios
 
 siempre amaron las leyes de la vida.
 Y no triunfa el más noble ni el más fuerte
 desangrando la tierra preferida
 
 y cambiando la vida por la muerte.
 
 La tierra que nos dio las alegrías,
 la que nos enseñó el padecimiento
 florecerá con todos algún día:
 
 no neguemos la luz al descontento.
 Que cada hombre lleva en su porfía
 lo mejor de su ciencia y su momento.
 
 
 Nunca
 
 
 Solo el que mata es la categoría
 que dejo fuera de mí sentimiento.
 No llevemos la Patria a la agonía
 
 condenada a la sangre y al lamento.
 
 Y contra eso está mi poesía
 que va por todas partes, como el viento.
 
 
 El gran silencio
 
 
 Es tarde ya. Se han ido los malvados.
 Schneider, desangrado y malherido,
 ha muerto, el crimen está consumado.
 
 Un gran silencio cubre nuestras vidas:
 El estupor de un pueblo deshonrado,
 el clamor de la  Patria estremecida.
 
 Cien hombres contra un solo soldado:
 fueron cien los cobardes forajidos
 contra mi general asesinado,
 
 El espionaje norteamericano
 ordenó a un renegado y sus hampones.
 Y Caín otra vez mató a su hermano.
 
 Sangre, dolor, coronas y crespones!
 
 En el alma de Chile sepultado,
 despedido por nuestros corazones,
 quedó mi general asesinado.
 
 
 Es triste
 
 
 Desde entonces un río nos divide:
 agua sangrienta, barro de marismas!
 No hay nadie en esta tierra que lo olvide.
 
 Desde entonces la  Patria no es la misma.
 
 
 Mi general, adiós
 
 
 Desde entonces tu sangre ha separado
 dos zonas hasta ahora divididas:
 el rencor que amenaza por un lado
 
 y el pueblo que acompaña tus heridas.
 
 Y hasta ahora tu estirpe de soldado
 cerca de Allende, claro presidente,
 
 defiende al pueblo y a su nuevo Estado
 
 (como si aún tu mano militante,
 aún después de ser martirizado,
 cumpliera su deber de comandante).
 
 Adiós, mi general asesinado!
 
 Vivirá tu recuerdo de diamante
 en lo más alto de la cordillera.
 
 La Patria va contigo en cada instante
 por el camino de la primavera.
 
 
 Mar y amor de Quevedo
 
 
 Aquí en mi casa de Isla Negra leo
 en el mar y en el verso favorito,
 en la palpitación y el centelleo
 
 del mar amargo y del amor maldito,
 la misma espuma de la poesía:
 el mar que se ilumina en la ruptura
 
 y yo leyendo con melancolía,
 a Quevedo, su amor y desventura.
 
 Tal vez es mi destino diferente:
 mi pecho militar de combatiente
 me inclinó a las guerrillas del Estado:
 
 a conseguir con la paciencia ardiente
 de la verdad y del proletariado
 
 el Estatuto de la pobre gente.
 
 
 La victoria
 
 
 Y así llegué con Allende a la arena:
 al enigma de un orden insurgente,
 a la legal revolución chilena
 
 que es una roja rosa pluralista.
 
 Y fue con mi Partido Comunista
 (bello como un desfile proletario)
 cuando en el mundo un día sobrevino
 
 este camino revolucionario.
 
 Hacia los pueblos alzo nuestro vino
 con la copa a la altura del destino.
 
 
 4 de septiembre de 1970
 
 
 Un recuerdo: por fin hay unidad!
 Viva Chile, Aleluya y Alegría.
 Viva el cobre y el vino y el nitrato.
 
 Que vivan la unidad y la porfía!
 Sí, señor. Tiene Chile candidato.
 Costó trabajo era una fantasía.
 hasta que hoy la lucha se comprende,
 
 Marchar, marchar como la luz del día.
 
 El presidente es Salvador Allende.
 
 Toda victoria es un escalofrío,
 porque si gana el pueblo hay una racha
 que entra por el testuz del envidioso.
 
 (Uno sube y el otro a su covacha
 baja huyendo del tiempo y de la historia.)
 
 Mientras que Allende sube a la victoria
 se van los Baítras como cucarachas.
 
 
 Desde aquel día
 
 
 Desde aquel día el mundo, al despertar,
 encontró a Chile y su fisonomía
 alzando la victoria popular
 
 y en el coro mundial de la alegría
 cantaron nuestra tierra y nuestro mar.
 
 Fue por aquellos días que un poeta
 provinciano, salido de Parral,
 en Estocolmo recibió un cometa
 
 de las manos de un rey profesional.
 Y así el nombre de Chile saludado
 fue por ciudades, minas, sementeras,
 
 como un laurel del pueblo conquistado
 durante lucha larga y vida entera.
 
 (Yo agregué a Chile y a su geografía
 el canto de mi vida pasajera
 con el torrente de mi poesía.)
 
 
 Reviven los gusanos
 
 
 Luego llegó la dura condición
 y los gusanos en su rebelión
 en el estiércol de la oposición
 
 rodearon a sus turbios candidatos
 de mentidores y de mentecatos,
 de lenguaraces y de asesinatos,
 
 descubriendo una táctica «imprevista»:
 «En Chile hay un peligro comunista! ».
 
 E intercambiando besos espantosos
 momiocristianos y momios furiosos:
 
 con la publicidad y la pistola,
 contra Allende y el pueblo congregado,
 
 llevan la sedición ola por ola
 momios tibios y momios congelados.
 
 
 Diario de loros
 
 
 Y desde Nueva York el dirigente
 es el Gerente de la Pepsicola
 
 (que ése sí se portó como un valiente:
 se arrancó con su piara y con su cola).
 
 Instruye desde allá sus carcamales.
 Pontifica El Mercurio cada día:
 Nixon le dicta los editoriales.
 
 Es un diario «chileno» Mama mía!
 Ay qué cinismo, qué melancolía
 la de estos loros de pajarería!
 
 
 Paro pasional
 
 
 Detrás de la  I. T. T. con sus puñales
 y los enredos de su felonía
 brotan los Pillarines criminales
 
 y otros mondongos de la oligarquía:
 falsos adelantados sindicales,
 médicos de curiosos delantales,
 
 camioneros de pronto enriquecidos,
 Colegios de Abogados Presumidos
 querían aprender los viejos vicios
 de nuestros elegantes meretricios.
 
 (Los oligarcas por sus propios fines
 quieren usar para sus píes patricios
 o clase media o ciase calcetines.)
 
 Y con Níxon de fondo principal
 se lanzaron al Paro Patronal
 
 bien cebados dispuestos a que ayune
 el que no es del Partido Nacional.
 
 El hambre de los otros los reúne
 y Fuentealba les vende su puñal.
 
 Así por la I. T. T. desenfrenados
 sembraron el terror organizado;
 padres y tíos de un Negro Mercado
 oscuro como todos sus pecados.
 
 Contra la Patria se lanzaron codos
 huelga de burros, huelga de rollizos,
 huelga de playboys advenedizos,
 
 huelga de banquerizos principales,
 enchufados en los Bancos Centrales,
 y pálidos idiotas de rehenes
 
 con dueños de los grandes almacenes:
 escondieron sardinas y cebollas,
 aceite, harina, cigarrillos, ollas
 
 para dejar sin pan sin luz sin nada
 al pueblo y a la patria apuñalada.
 
 
 Locos y locuelos
 
 
 Pee y Punto Final, que marchan, juntos
 como va el explosivo con la mecha
 y se confunden en un mismo punto
 ultras de izquierdas y ultras de derecha,
 duros de la derecha y de la izquierda,
 
 trabajan juntos en la misma brecha
 para que la victoria conseguida
 por un pueblo que lucha y que recuerda
 (el cobre, el pueblo, la paz y la vida),
 
 todo lo manden ellos a la mierda.
 
 Y así están juntos en el mismo cielo
 los locos de derecha y los locuelos.
 
 
 
 Yo no me calió
 
 
 Perdone el ciudadano esperanzado
 mi recuento de acciones miserables
 que levantan los hombres del pasado.
 
 Yo predico un amor inexorable.
 
 Y no me importa perro ni persona:
 solo el pueblo es en mí considerable:
 solo (a Patria a mí me condiciona.
 
 Pueblo y Patria manejan mi cuidado:
 Patria y pueblo destinan mis deberes
 y si logran matar lo levantado
 
 por el pueblo, es mi Patria la que muere.
 
 Es ese mi temor y mi agonía.
 
 Por eso en el combare nadie espere
 que se quede sin voz mi poesía,
 
 
 
 Siempre advirtiendo
 
 
 Pueblo, en el intranquilo vendaval
 cierra los puños y rechaza el mal.
 
 Todas las noches aullarán las hienas
 manchando la revolución chilena.
 
 Todos los días quiere el adversario
 borrar el fuego revolucionario
 
 y dividir las armas unitarias
 de la victoria revolucionaria.
 
 Y quieren los amargos desplazados
 enterrar los laureles conquistados,
 
 
 
 Otra vez advirtiendo
 
 
 Traigo aquí un señal de una emergencia,
 toco a rebato al pueblo vencedor.
 
 Hay que juntar la fuerza y la conciencia:
 
 Chile es una batalla de existencia:
 batalla del honor y del amor.
 
 
 
 Con la centella
 
 
 Pueblos, mirad el horizonte claro
 y con nosotros al joven Lautaro.
 
 Pueblos, el inundo nuestra llama sigue
 y con nosotros va Manuel Rodríguez.
 
 Pueblo, no volveremos al pasado
 porque va Balmaceda a nuestro lado.
 
 Venceremos! El pueblo es soberano
 y su mano decide la centella
 en la defensa del género humano:
 
 En la noche del mundo nuestra estrella,
 la veneran los pueblos más lejanos!
 
 
 Mi compañero Ercilla
 
 
 Comencé con Walt Whitman, viejo hermano
 del antiguo esplendor americano.
 
 Vino Walt Whitman y me dio la mano.
 
 Ahora llamo a un noble compañero:
 entre todos y todo fue el primero
 don Alonso de Ercilla, el duradero.
 
 Lo llamo a la batalla y la esperanza,
 a la Revolución y a mi Alabanza
 y termino con él en compañía,
 
 cantando a coro y a plena alegría;
 la misma antigua lucha esplendorosa
 
 viene del fondo de la Araucanía
 y nuestra poesía no reposa.
 
 
 Habla don Alonso
 
 
 «CHILE, FÉRTIL PROVINCIA Y SEÑALADA
 EN LA REGIÓN  ANTARTICA FAMOSA,
 DE REMOTAS NACIONES RESPETADA
 POR FUERTE, PRINCIPAL Y PODEROSA.
 LA GENTE QUE PRODUCE ES TAN GRANADA,
 TAN SOBERBIA, GALLARDA Y BELICOSA,
 QUE NO HA SIDO POR REY JAMÁS REGIDA,
 NI A EXTRANJERO DOMINIO SOMETIDA.»
 
 
 Juntos hablamos
 
 
 Junto a los Andes una llamarada
 y desde el mar una encendida rosa
 CHILE, FÉRTIL PROVINCIA Y SEÑALADA.
 
 Hoy fulgura en la noche luminosa
 de América, tu estrella colorada
 EN LA REGIÓN  ANTARTICA FAMOSA.
 
 Y así, por fin, tu estrella liberada
 emergió de la sombra silenciosa,
 DE REMOTAS NACIONES RESPETADA,
 
 El mundo divisó la llamarada
 y en tu honor repitió la voz gloriosa:
 LA GENTE QUE PRODUCE ES TAN GRANADA:
 
 tan unida, tan ciara y valerosa,
 la  Unidad Popular es tan florida,
 TAN SOBERBIA, GALLARDA Y BELICOSA,
 
 que en esta lucha jugará su vida
 contra las turbias bandas sediciosas.
 
 La estirpe popular esclarecida
 es como ayer fecunda y orgullosa
 Y NO HA SIDO POR REY JAMÁS REGIDA.
 
 Y aunque sea atacada y agredida
 Chile, mi Patria no será vencida
 NI A EXTRANJERO DOMINIO SOMETIDA.
 
 FIN
 
 Isla Negra, enero 1973
 
       
		
1 comentario
Sandra -